top of page

Una carta para ti



DE: MI

PARA: TI


Hola,


Desde hace varios años, nos vemos y hablamos todos los días, sin embargo, hoy quiero contarte lo que ha significado para mi tu imprevisible llegada a mi vida. Sigilosa y cautelosa fuiste apareciendo, no causaste dolor, pero si molestias, sensaciones desconocidas y casi imposibles de explicar, tanto así que la lengua jamás podrá dar fiel testimonio de aquellos primeros síntomas huérfanos de nombre y origen.


Te fuiste acomodando a mí, pero yo no a ti, en la bruma de mi memoria están las miles de veces que te negué, preferí pensar que eras una extraña invención de mi mente, sentía que mi lucidez se estaba oscureciendo por un ejército de sombras, me hiciste sentir una aguda angustia en mi interior.


Con el transcurrir de los meses llegó nuestra presentación en sociedad, debo confesarte que mientras las personas a mi alrededor te veían como una peste en tiempos medievales, yo, me sentía tranquila, esa noticia fue un suceso irreversible que nadie, a pesar del dolor, podía cambiar con una metáfora o un relato diferente. Yo, te tenía dentro de mí.


Debí remodelar mi vida y fue así como aprendí a amar cada grieta, cada herida, cada oscuridad, y cada dolor que me habías causado. Arreglé poco a poco el derrumbe emocional en que habías dejado mi vida, inesperadamente el dolor se convirtió en mi mejor herramienta de construcción, reseteé mi vida, mis sueños, mis prioridades, y aumenté enormemente mis quereres, empecé a ver el mundo más bonito, en la gratitud diaria aprendí a vivir, aprendí que cada una de mis cicatrices cuenta una historia que fortalece mi alma, aprendí que el destino con sus tempestades y calmas es perfecto, perfecto porque es Dios quien lo diseña.


He aprendido a bajarle el volumen a los miedos, aprendí que un cielo sin estrellas también puede brillar, aprendí que quebrase no es debilidad, es sanar. Aprendí que la felicidad está en lo simple y sencillo, y sí, aprendí a vivir despacio, mi caminador y yo vamos con calma y tranquilad por la vida. Así que querida esclerosis, me quitaste, pero también me has dado mucho.


1388 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page